lunes, 31 de diciembre de 2007
Diseño Avant Garde
Acercarnos al diseño en búsqueda de vanguardia, nos obliga a recurrir a los movimientos artísticos europeos de principios del siglo pasado para contextualizar su idea básica. La crisis en los movimientos artísticos de aquel cambio de siglo, generaron una actitud de rechazo a los estilos derivados de una tradición clásica. El ímpetu por producir obras de carácter original, auténtico, novedoso, motivó el surgimiento de varias tendencias, como el futurismo en Italia, el De Stijl en Holanda y el constructivismo en Rusia. Todos estos movimientos tuvieron representación tanto en las disciplinas del arte y cada uno de alguna manera tenía cierto interés en reflejar los cambios en el modo de producción, las nuevas oportunidades tecnológicas, la velocidad moderna del ferrocarril y el automóvil entre otras circunstancias de la creciente sociedad moderna. Sin duda el principal escenario que evidenciaba las transformaciones era la ciudad, como lo muestra la pintura “La strada entra nella casa” del italiano Umberto Boccioni, que representa en primera instancia la noción del tiempo absoluto, pasado-presente-futuro característico de las llamadas vanguardias de fin de siglo. La actividad de la ciudad ocurre toda a la misma vez, no existe el pasado diferente del presente y el futuro ocurre simultáneamente al presente. El tiempo queda congelado en un eterno movimiento de exploración, de dinamismo, se convierte así más bien en una actitud, una manera de apostarse uno mismo al presente. Pero, ¿fueron las vanguardias históricas una completa negación de su pasado histórico, una revolución? Ortega y Gasset comenta en su libro La rebelión de las masas de 1927 que “La revolución no es la sublevación contra el orden pre-existente, sino la implantación de un nuevo orden que tergiversa el tradicional” Cercanos todavía a un reciente cambio de siglo, ¿podremos proponernos a la vanguardia en la arquitectura? Ante tan incierta interrogante, hemos desarrollado una serie de preguntas / entrevista para una variada generación de estudiantes de arquitectura y arquitectos, como recurso para presentar un panorama amplio sobre las posturas que se puedan establecer sobre la arquitectura de vanguardia.
Dentro de esta vanguardia surgió asimismo un movimiento literario y artístico, en Italia, en el primer decenio del siglo XX, llamado "Futurismo". Nació con un manifiesto, y varió y fijó sus propios enunciados en una serie de manifiestos. El 20 de febrero de 1909 F.T. Marinetti publicó en «Le Figaro» de París un primer Manifiesto en el que proclamó como formas de expresión del futurismo la agresividad, la temeridad, el salto mortal, la bofetada, el puñetazo
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